Esta semana quiero platicarles sobre mi experiencia con varios eventos difíciles con mis pacientes. En particular les quiero hablar de cuando un paciente solicita una segunda opinión con otro experto en el área de la salud mental y las opiniones de ambos especialistas son diferentes. En alguna participación anterior ya les había comentado del valor que se tiene en realizar una búsqueda de varios puntos de vista cuando tengo que tomar la importante decisión de someterme a un tratamiento.
El problema viene cuando: ¿A quién le hago caso? Todavía peor aún, cuando tengo que tomar la decisión de manejo sobre un menor de edad como puede ser mi hijo. En este punto tendríamos dos directrices para tomar en cuenta:
Conocimiento: hay que preguntar sobre el diagnóstico, sobre que criterios se utilizaron para llegar al mismo, si existen estudios de laboratorio y de gabinete que ayuden a corroborarlo y el plan de tratamiento con la evolución esperada para el manejo. Lamentablemente en esta área de las neurociencias y el comportamiento, no siempre hay estudios que den luz y en muchas ocasiones el diagnóstico es eminentemente clínico y basado en mucho en la experiencia del médico. Nota importante… hay que usar el internet de forma sabia, buscar páginas de fuentes oficiales y evitar los blogs de pacientes o sólo ver la información para prescribir de los medicamentos que a veces nos desinforman.
Intuición y sentido común: en el vasto campo de la información médica nos podemos topar con diagnósticos y tratamientos diferentes para los mismos síntomas y ambos con estudios que aparentemente demuestran su efectividad y donde probablemente, sólo alguien con preparación en el área médica podría distinguir los mejores. Por lo tanto, habrá ocasiones donde tendremos que seguir el camino que nos dicte nuestro propio sentido común y la empatía que se desarrolla en el acto médico.
Finalmente, siempre podremos vigilar la evolución con el tratamiento elegido y tomar un cambio de decisión en cualquier momento, lo más importante… es que mi familiar enfermo se sienta mejor.