Ser parte de todo siendo tú mismo


fabio_valdesViernes por la noche, foro sol. De pronto las luces se apagan y todos los asistentes del concierto empiezan a brillar en un rojo intenso… Todos menos yo. En ese instante me sentí fuera del grupo, olvidado, no visto, de todos los aparatos que había en el concierto, al parecer solo el mío no funcionaba, o al menos eso sentí, inmediatamente me puse de mal humor y me sentí como que estaba perdiéndome de una experiencia mágica, me remontó a mis épocas de secundaria donde no me sentía parte del grupo, me sentía un paria que nadie podía querer, olvidado y solo…
Un par de minutos después un amigo mío me salvo, al parecer no habían quitado bien el papel del aparatejo, y cuando me puse la pulsear, una vez más mi brazalete brillaba y no sólo eso, sino que lo hacía en un color azul que no todos tenían en el brazo, mi sensación cambio y me sentí no solo parte, sino también una parte esencial del concierto, sin mí, toda esa sección no tendría ese azul.
¡Qué maravilla¡
¡Qué locura¡
Veámoslo de forma fría, fui al concierto, y la realidad es que nada me iba a quitar esa experiencia, sin embargo en el momento en el que sentí que dejaba de pertenecer me sentí aislado y confundido, incluso me recordó otros momentos iguales que había vivido. ¡Por una lucecita¡
Y entonces me puse a pensar en todas esas veces que conscientemente o inconscientemente vivimos lo mismo con nuestros grupos sociales, hay veces que nos convertimos en parias por las cosas más absurdas: andar con quien no debemos, hacer algo diferente, tener gustos que no entran en el grupo, o incluso tener una postura política diferente.
Todos en mayor o menor grado somos parte del problema desgraciadamente, yo mismo muchas veces me he burlado de la gente que no entra dentro de mi grupo social por tener ideas diferentes o incluso ver la vida desde un punto de vista diferente, yo también los convierto en parias de mi grupo social y los hago sentir exactamente igual a como me sentí en todas esas ocasiones en las que no sabía cómo formar parte.
¿Para qué hacemos esto?
Como dice mi hermano, somos animales de manada, en algún punto de nuestra historia si no hubiéramos pertenecido no habríamos sobrevivido como humanidad, casi todos los otros animales tienen algo en lo cual nos superan, nuestra fuerza, en gran parte, viene de esa sensación de pertenencia.
Sin embargo hoy en día estamos en un mundo globalizado donde existen un millón de ideas diferentes a las nuestras. Y sin quererlo, excluimos a los que no piensan como nosotros.
Y es triste porque esta separación inconsciente nos quita posibilidades de ver ideas distintas a las nuestras que podría ayudar a que esta sociedad fuera más completa, justa y unida.
Sin embargo muchas veces parece que apagamos nuestra propia voz por miedo a no pertenecer, nos callamos, no defendemos las ideas de otros que nos parecen interesantes y, con tal de pertenecer, vamos en contra de todo lo que somos, olvidando que somos parte del problema, y por lo tanto, somos parte de la solución.
Aquí te voy a dejar unos tips importantes para empezar a escuchar a los demás y al mismo tiempo, escuchar a tu propia voz:

  1. Busca como el otro tiene razón: Muchas veces estamos tan enfocados en como nosotros tenemos razón, y por lo tanto el otro está equivocado, que no nos detenemos a escuchar y ver el punto de vista del otro. La mejor forma que hemos encontrado para hacer esto es preguntarte ¿En dónde tiene razón?¿Qué cosas está viendo que yo no veo?
  2. ¿Para qué estoy de necio con querer tener la razón?: Muchas veces buscamos tener razón porque sentimos que si no la tenemos nos hemos equivocado y la persona con la que estamos no nos va a querer o nos va a juzgar, otras veces es porque si vemos que el otro tiene razón, necesitaría vincular ideas nuevas que van en contra de como he visto el mundo hasta ahora y eso generalmente causa miedo. Lo importante es que veas que sientes que te evita darle la razón al otro.
  3. ¿Cómo podríamos tener razón los dos?: Al pensar en esta pregunta puedes empezar a notar similitudes entre la forma de pensar de otras personas y la tuya, incluyendo posibilidades antes no vistas.
  4. Decir cómo te sientes cuando juzgan tu forma de pensar, actuar y sentir: Aquí es importante darte cuenta de cómo te hace sentir que hagan eso y comunicarlo, sobretodo, si quien te lo está diciendo es alguien cuya opinión valoras mucho.

Poco a poco si todos empezamos a ver esto y nos convertimos parte de la solución, lograremos ser parte de un gran concierto de luces que trabaja por un bien común.

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