Como buen aficionado a los deportes y especialmente a los vaqueros de Dallas, este fin de semana de los juegos de comodines en ambas conferencias estuve un poco ocupado. En particular, en el partido del “Equipo de la Estrella Solitaria” que fue el sábado por la noche, me llamó la atención la presencia en la banca del centro titular de la línea ofensiva, Travis Frederick, en la banca, con un intercomunicador ayudando a sus compañeros. Hay que darle contexto a mi sorpresa… El 24 de agosto, el equipo de los Vaqueros, avisó por su cuenta de Twitter que este jugador acababa de ser diagnosticado con el Síndrome de Guillain-Barré, que acababan de realizarle dos plasmaféresis (procedimiento donde se trata de limpiar la sangre del exceso de anticuerpos contra los cuerpos de las neuronas de la médula espinal), pero que se desconocía como iba a ir la evolución de este jugador.
El síndrome de Guillain-Barré, con nombre médico sin epónimo (enfermedades que llevan el nombre del médico que las describió), es Polineuritis Idiopática Aguda, fue descrita por primera vez en 1859 y formalmente reportada por el Dr. Georges Guillain y su equipo en 1916. Se trata de una afectación de las raíces nerviosas motoras y sensoriales de la médula espinal, de característica ascendente (inicia por los pies y piernas y termina afectando los brazos y hasta los músculos respiratorios). Progresa rápidamente y requiere forzosamente de atención intrahospitalaria, y muchas veces, hasta de soporte respiratorio algunas semanas. Se produce gracias a una reacción exagerada de nuestro sistema inmunológico, que reconoce a un virus (generalmente el virus del Epstein-Barr, aunque lo pueden producir otros), como extraño, pero al mismo tiempo, también se reconoce como extraño a zonas de las membranas de las neuronas que ya describimos. Con lo que se produce una reacción inflamatoria y afectación aguda de las funciones motoras y sensoriales de casi todo el organismo.
Incluso, es importante mencionar, que a partir de la expansión del virus del Zika, se ha visto un incremento en la presentación de estos casos. Por lo tanto, si conocen a un adulto joven, masculino, con antecedente de una infección viral en el último mes y que ha comenzado a presentar síntomas de disfunción de órganos de forma ascendente en las últimas dos semanas, hay que acudir a valoración inmediata con un médico neurólogo.
Dr. Edilberto Peña de León