Durante la semana anterior varios pacientes me estuvieron preguntando sobre la forma que tenemos los profesionales de la salud mental para poder lidiar con toda la “mala vibra” y problemas que nos traen amablemente los pacientes al consultorio.
Hay que mencionar que es una combinación de varios factores que echamos a andar para poder continuar de forma satisfactoria y ayudando a las personas con nuestro trabajo:
- Genética, sangre y vocación: así como los ingenieros tienen que ser perfeccionistas y meticulosos, y los policías desconfiados y sospechosistas; los psiquiatras y psicólogos contamos con unos rasgos de carácter especiales que nos permiten mantener el temple adecuado al momento que estamos escuchando una tragedia súper fuerte.
- Entrenamiento: durante nuestra formación se nos inculca el sistema de la relación médico – paciente. La protocolización de un evento donde se obtiene información estructurada, se cuantifica, se mide la afectación y se deciden las mejores herramientas con el fin de ayudar al paciente a salir adelante. No son entrevistas de café, son formalmente, consultas de asesoría de expertos.
- Autocuidado: nuestro trabajo es muy muy demandante y el desgaste emocional es en ocasiones, extremo. Siempre prestamos atención a nuestro descanso, nos distribuimos las consultas para tener algunos días para nosotros y nuestras familias, cuidamos la alimentación, hacemos deporte y aprendemos de muchas de las técnicas que promovemos, como la meditación y el mindfullnes.
- Formación: durante los años de nuestro entrenamiento se nos hace la recomendación, casi obligatoria, de llevar procesos terapéuticos para ahondar en nuestras fortalezas y debilidades. Así, comenzando por reconocerlas, las subsanamos y aprendemos a usar nuestros rasgos de carácter, buenos o malos, a nuestro favor en las consultas.
- Experiencia: como en todas las profesiones, con cada paciente, cada caso, cada año, vamos aprendiendo a ser mejores en lo que hacemos.
Por lo tanto, como en otros trabajos, los profesionales de la salud mental debemos de aprender a cuidarnos y estar siempre listos para ayudar a nuestros pacientes.