Te escribe desde un espacio libre de humo un@ fumanchú aferrad@ al humo, que esta mañana se topa con la noticia de que de pesito en pesito el precio del cigarro aumenta y claro, no es mentira.
El periódico Reforma reportó el pasado 20 de enero el alza al precio sobre este producto, que aunque nocivo, ha ganado fans a los largo de siglos, aumentando a un peso este 2017 en cada una de las presentaciones que tiene Phillip Morris para sus consumidores, es decir: 15, 20 y 24 unidades.
El “pequeño” golpe a tu bolsillo, en caso de que seas fumador, ha ido fluctuando de un 2 a un 4%, golpe que depende mucho de la presentación y la marca que compres.
Eso por el lado económico, aunque yendo un poco más a fondo y tratando de convencer a tu quisquilloso inconsciente de que dé su brazo gordo a torcer y te ayude a dejar de fumar, no está de más recordarte que independientemente de que te pese más la ansiedad por salir a disfrutar ese “delicioso” veneno, existen otros factores que le darán un buen rayón a tu apariencia y condición física.
¡En la cara no, que de eso vives! ¡No more Sex Machine! ¡Alto al muro!
¿Algo más? ¿Recuerdas cuando de niño te latía quedarte horas en la regadera o en la alberca hasta ver cómo tu piel se arrugaba de pasar tanto tiempo en el agua? Bien, la nicotina hará eso por tí, pero en mal plan, disminuyendo el colágeno en tu piel y el chance de volver a esa piel tersa de pompi de bebé.
¿Dejamos de fumar?
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