Una chica relató por medio de su cuenta de Facebook una experiencia incómoda que vivió en el metro de la Ciudad de México, ella escuchó la conversación de un hombre de aproximadamente 50 años de edad, que comenzó a hablarle a un chico que iba sentado a su lado.
Lo curioso es que el hombre ofrece argumentos para defender su postura, explicaciones que aumentaron la molestia de la pasajera que escuchaba atentamente las palabras de este personaje. ¿Qué fue lo que dijo esta persona? Estas fueron las palabras que ofreció al joven:
«¿Crees que esa mujer que se acaba de subir a cantar cargando a su hija necesita dinero? ¡Claro que no! Además ella podría ganar mejor de prostituta; a las prostitutas les va bien, sacan chingo de dinero, ¿a poco no?. Es como ahora que se le está dando tanto espacio a las femeninas con eso del acoso, o sea, eso está mal, no lo entienden. El acoso sirve para procrear, si no, hay que mirar a los animales cómo acosan a su hembra; al final somos animales, sólo que se nos olvida. Sin acoso no hay especie humana».
A estas alturas de la conversación la chica llegó a la estación donde tenía que bajar, las puertas del convoy se abrieron y ella salió del vagón que venía lleno de gente. Ella relata que señaló al hombre y le dijo «¡Deje de propagar estupideces, pedazo de neandertal!». Inmediatamente la alarma de las puertas sonaron y ella se quedó mirando por unos segundos cómo se alejaba el metro, sintiendo asco, tristeza y rabia.
¿Qué tenemos que hacer para concientizar a los habitantes de nuestra ciudad sobre el respeto a las mujeres? El hombre expresó comentarios inapropiados, desagradables y lamentables, pues reflejan un concepto equivocado que siguen teniendo algunos de nuestros habitantes. Respecto a la acción de la chica… ¿fue razón suficiente para insultar a alguien (que no agredió a una persona en particular) con ideas equivocadas? ¿Qué habrías hecho tú? ¿Hasta qué punto debes defender el respeto a los demás y hasta qué punto debes respetar a los demás? Queremos saber tu opinión.