El 14 de noviembre de 1891 nació el médico canadiense Frederick Banting, quien, junto con Charles Best, concibió la idea para descubrir la insulina, en octubre de 1921.
El Día Mundial de la Diabetes (DMD) es la campaña de concienciación sobre ésta enfermedad. El día Fue instaurado por la Federación Internacional de Diabetes (FID) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1991, como respuesta al alarmante aumento de los casos de diabetes en el mundo. Se escogió ésta fecha en honor del nacimiento del médico canadiense Frederick Banting.
¿Eres de las personas que necesitan comer siempre algo dulce? ¿en tus comidas prefieres refresco en lugar de agua? Será mejor que te detengas. A lo largo de la historia el ser humano ha hecho grandes inventos, avances científicos y tecnológicos dan cuenta del progreso de nuestra especie. Sin embargo hay cosas que no son muy buenas después de todo. Endulzar los alimentos es una idea humana no muy favorable para nuestra salud.
Cuando vayas a las fábricas de dulces, podrás ver que hay una extensa variedad, de todos los colores y tamaños, empaquetados o sin envoltura. Las frutas confitadas están al aire libre, sin envoltura, y por lo general las abejas merodean y se posan sobre las golosinas.
Quizás te preguntes si esos dulces sin envoltura estén limpios, pues son frutas que están expuestas al aire libre y es muy fácil que se les pegue el polvo. Lo cierto es que la cantidad de azúcar concentrada en esos dulces impide que se reproduzcan microorganismos en la fruta, por lo tanto pueden comerse. Siempre y cuando la cantidad de azúcar que se usa al confeccionar el caramelo sea mucho mayor que la cantidad de agua.
La explicación es muy sencilla, el azúcar absorbe el agua e impide que los microorganismos se alimenten. El azúcar también produce sustancias como alcoholes y ácido carbónico, que envenenan a las bacterias y las matan.
El azúcar en esos dulces mata a las bacterias, sirve también para conservar algunas frutas y nueces, pero en nuestros dientes provoca caries. Lamentablemente el azúcar no conserva tu cuerpo y mucho menos lo mantiene alejado de microorganismos dañinos, sino que alimenta la placa que puede causar problemas en tu boca.
Entre más azúcar consumas, más infecciones contraerás. Los especialistas tienen razón al decir que es un “veneno dulce”, un veneno mortal y agradable al paladar, que hace estragos poco a poco en tu interior.
No sólo tus dientes son perjudicados, con ésta sustancia tu piel se llena de hongos, tus huesos se debilitan y tu estómago sufre de acidez, tu páncreas trabaja horas extras y tu cerebro sufre descontrol.
Lo ideal es que evites los dulces y el refresco, toma más agua y cuida tu cuerpo, deja de consumir ese veneno. Créeme no te dejará nada bueno.