Últimamente estoy siendo invadido por esta sensación de “tener que hacer las cosas de forma perfecta”, es algo que de tiempo en tiempo me sucede. Ya sé que no suena tan grave, pero cuando estás sentado frente a una hoja en blanco para escribir una columna que tenías que entregar dos días antes, el problema toma una dimensión completamente diferente.
Es algo mucho más común de lo que parece, se trata de esa necesidad de no equivocarte y mostrarte perfecto para los demás, la idea de fondo es que si llegas a ser perfecto las personas a tu alrededor te dirán lo perfecto que eres y al final logras sentirte verdaderamente valioso.
Una variedad de esto es lo que algunas pacientes mías hacen con su físico: algunas de ellas creen que en el momento en el que estén buenísimas, firmes y deseables, se podrán sentir atractivas y al mismo tiempo su valor personal subirá.
Esta trampa es una de las cosas más interesantes que he visto, por un lado, ponemos nuestro valor personal en función de los demás, y, además, lo ponemos a futuro, por lo que se vuelve inalcanzable.
Sentimos que seremos valiosos en el momento en el que nos digan que lo somos o cuando acabemos ese proyecto, lleguemos a esa talla de ropa o conquistemos a esa chica, sin pararnos a notar que esta forma de operar nos manda el mensaje constante de que HOY, no somos valiosos, ya que tenemos que hacer cosas extraordinarias para llegar a serlo. Así vivimos constantemente frustrados porque, en el fondo, no nos sentimos valiosos, y al mismo tiempo seguimos constantemente enviándonos el mensaje de que seguimos sin serlo.
Lo curioso es que muchas veces dejamos de hacer cosas porque sentimos que necesitaríamos sentirnos valiosos para hacerlas, y de esta otra forma, seguimos mandándonos el mensaje de que no valemos la pena.
La forma en la que nos podemos empezar a sentir valiosos, de hecho, es al revés a lo que hacemos constantemente, necesitamos empezar a asumir que el valor que tenemos nada nos lo va a quitar.
No valdrás menos por llamarle a ese chico guapo que no te ha llamado y tampoco valdrás menos por decirle a ella que te gusta, aunque llevas tres días de conocerla, en esencia, todo lo que somos ya es valioso y necesitamos empezar a ponernos en este lugar y actuar desde él para empezar a sentirlo.
Esto quiere decir que asumamos que ya somos valiosos, no solo para nosotros, sino también para los demás, de esta forma podemos ver cómo nuestras acciones también afectan a los demás porque somos importantes a sus ojos, de esa forma, no andaré con la amiga de la que está enamorado mi amigo sin hablar con el primero, es verdad, no perderé valor personal al hacerlo, pero si afectaré a alguien y como yo soy valioso no merezco hacerme ese daño a mí mismo y a la gente que quiero.
Con el tiempo la sensación de valer va creciendo y al final podrás sentir que eres valioso por quien eres.
Te recomiendo que para hacer esto primero empieces a preguntarte:
¿Esto qué hago lo haría si yo me sintiera valioso?
Si no pierdo nada de valor personal. ¿Qué haría?
Tip: Poner algo en función de si lo mereces o no lo mereces es mandarte el mensaje de que no eres valioso, procura evitar esta sutil trampa en este proceso de aprendizaje.
Con el tiempo aprenderás a valorarte, caerte bien e incluso disfrutarte.