Esta semana fue muy padre para mí; tuve clases importantes y muy buena retroalimentación de los alumnos. Me conmueve mucho ver cómo salen muy contentos y vinculados con el centro. Fue muy interesante tener tantos grupos y observar la creencia social acerca de cómo poder soltar y qué tan importante es hacerlo.
Existe la teoría de que soltar, es un proceso mental: “tienes que entender”, lo que sea que tienes que entender. Recuerdo que hace tiempo, tuve una paciente que terminó una relación de pareja porque -a pesar de estar contenta con él- no era lo que quería y esperaba de una relación; ella quería formalizar más rápido que él y ella esperó el tiempo que fue sano para ella y antes de irse, habló. Cuando entró a consulta, me preguntó: “¿Por qué si entiendo que es lo mejor para mí y yo decidí dejarlo, estoy tan mal?”.
Se deja ir, tocando el dolor; no entendiendo. Lo curioso, es que ella decidió no tocar el dolor y acabó quedándose -6 meses mas- en esa relación, que estaba clara, que ya no le daba lo que quería.
La segunda favorita de todo el mundo es: el enojo. Consciente o inconscientemente, nos enojamos con la persona o situación porque creemos que el enojo es una energía que nos aleja y pone distancia, pero en realidad, es una energía que vincula. Sino simplemente observa cuando estás enojado(a) con una persona o situación ¿en qué y/o quién estás pensando todo el día?
La forma real de dejar ir una situación, es tocando el dolor que implica que esta situación acabe; ya sea una relación, un trabajo o una muerte. Cuando las cosas se terminan o llegan a su fin, duele. El dolor nos ayuda a tomar el aprendizaje y acomodar la situación.
Y justo, el gran segundo paso, es tomar lo aprendido de la situación. En este paso, -de pronto- nos gusta torturarnos viendo lo que hicimos mal y eso, no es tomar las lecciones. Para tomar las lecciones, es importante ver lo que hiciste mal y ver posibles salidas; así como qué podrías hacer distinto en una situación familiar. Pero, también es importante ser compasivo y notar que –en ese momento- no podías hacer algo distinto; aún no tenias la información necesaria para cambiarlo.
La parte que solemos olvidar es que también, de ver lo que hice bien, se aprende. ¿Cómo voy a poder replicar todo ese disfrute y placer que me genero esa relación o situación? ¿Cómo voy a poder hacer crecer mis siguientes historias si no veo lo que he hecho bien? ES MUY importante ver lo que haces bien para poder aprender y replicarlo.
Esta semana, me gustaría dejarles de tarea que se den chance de revisar qué cosas en su vida no han dejado ir. Puede ser una ex pareja con la que después de 30 años, sigo sintiendo enojo; o algún trabajo donde no fueron justos. Lo importante es dejar ir, para no cargar y aprender, para seguir viviendo cosas cada día más plenas.