Antes de hablar de las señales a las que tienes que prestar atención para saber si tu hijo sufre depresión, queremos decirte que el término depresión se ha usado mal por años; pues se le emplea para referirse a un momento de tristeza, abatimiento o desánimo.
En realidad, la depresión es un trastorno psiquiátrico que puede desencadenar otras complicaciones en el organismo. Quienes la padecen no sólo lidian con la tristeza constante, sino que les resulta imposible concentrarse, conciliar el sueño, pierden el apetito y los pensamientos suicidas están siempre presentes.
Causas de la depresión
Toma en cuenta que la depresión es el resultado de la combinación de varios factores, como la predisposición genética, el ambiente en el que se desarrolla el paciente y un hecho estresante o infeliz. Así que, si en tu familia hay antecedentes de esta enfermedad, no importa si es un tío o primo lejano, existe la posibilidad de que tu hijo la desarrolle.
Además, se sabe que las personas depresivas presentan un déficit de serotonina, un neurotransmisor que no sólo influye en el estado anímico, sino que regula procesos biológicos, como la actividad sexual, la función endócrina, el sueño o el hambre.
Como puedes darte cuenta, el trastorno depresivo es un problema más grave que un episodio de tristeza o falta de energía. La mayoría de las veces, los pacientes no buscan ayuda a tiempo, y la familia se entera de la enfermedad cuando ya adoptó alguna conducta destructiva o intentó suicidarse (si no es que lo logra).
De ahí la importancia de que prestes atención a las siguientes señales de alerta. Ellas te permitirán saber si tu hijo está lidiando con esta enfermedad. Ten presente que la adolescencia es una etapa complicada para todos los seres humanos, y durante ella es más fácil que se presente el padecimiento.
Síntomas de la depresión
- Sueño. El cambio en los hábitos de sueño es una de las primeras evidencias físicas de la depresión. Observa si tu hijo duerme poco o se pasa en la cama más horas de lo normal.
- Alimentación. Quienes padecen depresión pueden perder totalmente el apetito o comer en exceso, por lo que esta enfermedad también está relacionada con trastornos alimenticios, como la anorexia y la bulimia.
- Hobbies. Si tu hijo ha perdido el interés en sus hobbies y busca estar solo todo el tiempo, debes tomarlo como una señal de que algo va mal con él.
- Amistades. Los depresivos prefieren estar solos, por lo que tienden a alejarse de amigos y familiares. ¿Hace cuánto que tu hijo salió con sus amistades?
- Irritabilidad. La tristeza, el llanto espontáneo y la irritabilidad son comunes en los pacientes con depresión. En el caso de los adolescentes, también se presentan arranques de ira y conductas violentas.
- Rendimiento escolar. A las personas con depresión les resulta imposible concentrarse, recordar cosas y tomar decisiones, lo cual afectará sus resultados académicos.
- Autocrítica. ¿Has notado si tu hijo hace comentarios despectivos de sí mismo o se siente culpable todo el tiempo? Estos dos comportamientos son comunes en las personas con depresión, ya que su autoestima está por los suelos.
- Riesgo. Dado que consideran que sus vidas no valen nada, las personas depresivas adoptan conductas de riesgo, como el consumo de alcohol, drogas y sexo con desconocidos y sin protección.
- Pensamientos suicidas. Difícilmente tu hijo te dirá “voy a suicidarme”, pero puedes prestar atención a si hace constantes referencias a la muerte, el sinsentido de la vida, o utiliza frases como “me quiero morir” o “si no existiera”. En ocasiones, las tendencias suicidas también se manifiestan con auto-castigos en los que lesionan su cuerpo.
Qué hacer si tu hijo sufre depresión
Si has detectado varios de estos síntomas en tu hijo, es importante que hables con él y le expliques las razones que tienes para creer que sufre depresión. Debes mostrarte amable, amorosa y darle todo tu apoyo.
Jamás debes criticarlo, regañarlo por su actitud o por no “echarle ganas para salir adelante”. Recuerda que la depresión no es una cuestión de actitud y el enfermo no puede cambiar su estado de ánimo sólo porque tú lo digas. ¡No es tan sencillo!
Sobre todo, tu hijo debe tener claro que la depresión es una enfermedad, que requiere el apoyo de un especialista y no hay razón alguna para avergonzarse.
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