Cómo salir de la zona de confort nada confortable

Marisol Santillán

Mucho se habla de la zona de confort, ¿existe? o simplemente es una forma de llamar a ese lugar que en realidad es un espacio que limita, detiene y en realidad no es nada confortable, ¿cómo podría serlo si nos llena de estrés y otros sentimientos reprimidos?, ¿a qué se refiere en este término la palabra “confortable”? Hoy te comparto lo que entiendo de esta trillada frase y te invito a que reflexiones cómo afecta tu vida.

Marisol Santillán

Estar estancado en la zona confort es vivir de una manera en que no te molestes en moverte hacia la novedad para encontrar otras formas de vivir y de ser, sino conformarte con lo que ya está presente, algunas veces porque te da miedo lo desconocido, la incertidumbre y el riesgo; otras porque te da flojera intentarlo, pues te has acostumbrado a que otros te den las cosas o las hagan por ti ya que no te sientes capaz de lograrlas. Esto puede ser el reflejo de lo que escuchaste por años de personas significativas para ti como: “tú no eres como tu hermana”, “tu hermano es mejor que tú para el ejercicio”, “deja de soñar, eso no es para ti”, “te ayudo, yo lo hago”, “primero tus hermanitos”, y quizá hoy, sigues cumpliendo estos mandatos.

Es más sencillo llenarte de pretextos que atravesar por el miedo al fracaso o el riesgo a equivocarte, pero permanecer en el mismo lugar ya es fracasar, es no darle vida a tus sueños y a las ganas de verte triunfar. Quizá tengas miedo de pedir trabajo, de poner un negocio o de bajar de peso; en este caso tu mente, que juega un papel importantísimo, te llevará a imaginar que en el trabajo tendrás muchas más responsabilidades de las que puedes manejar: personal, dinero, papeles, números, etc. y te llenarás de  fantasías pesimistas que solo te harán ver todo lo que falta por hacer, lo que desconoces y con ello llegará el desánimo, regresándote a la zona de confort donde no hay riesgo pero te sentirás insatisfecho. ¿Crees que el confort consista en quedarnos en una zona conocida, que no implica esfuerzo o riesgo?

Confundir los éxitos de otros con lo que “debería” de ser tu propio éxito es otra piedra en el zapato que molesta y lastima al mismo tiempo; solo sacándola dejará de doler y podrás caminar con pasos firmes. Compararte con otros te lleva a percibirte como inferior, con menos dinero, sin pareja, sin hijos, con menos tiempo de hacer ejercicio, con menos fuerza de voluntad para lograr tus objetivos y ¡claro! para los que somos comedores emocionales pensar que la buena vida es de los flacos es parte de lo mismo… Por años me dije que era mejor comer para tapar mis penas que aceptar que yo sola me boicoteaba en cada dieta o en cada inicio del gimnasio. Hoy sé que con mi forma de comer y mi sobrepeso tapaba el miedo de no ser bonita o suficiente para ser querida o atractiva; así que seguía en mi zona conocida, en el doloroso confort donde me protegía e inevitablemente me quedaba con ganas de “hacer” y de “SER YO”.

Hoy te invito a sentirte merecedor de ser “tú mismo”. Salte de la zona nada confortable y arriésgate a vivir, a veces abrazando el miedo a lo desconocido, pero con la confianza de que vale la pena.

Te invito a reflexionar ¿a qué te comprometes para salir de la zona de confort nada confortable?

Marisol Santillán, psicoterapeuta Gestalt.

 

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