Existen datos muy reveladores para resolver esta cuestión si tomamos arbitrariamente un promedio de 6 horas como el tiempo mínimo adecuado que debería de dormir un adulto en edad productiva. Por lo tanto, dormir menos de 6 horas al día es un factor de riesgo tan poderoso que incrementa cinco veces el riesgo de padecer hipertensión arterial sistémica y tres veces el riesgo de padecer diabetes mellitus. Incluso, los desvelos frecuentes pueden ser tan dañinos para los seres humanos que al estudiar a las mujeres y hombres que tienen trabajos haciendo guardias se encontró que ellas tienen 50% más cáncer de mama y ellos tienen dos veces más casos de cáncer de próstata que sus pares que no hacen guardias.
Así es que no tenemos más remedio que darle una importancia urgente al buen dormir. Antes de correr al especialista a pedir una píldora mágica para el sueño hay que cumplir con las reglas básicas del buen dormir, que se conocen como higiene de sueño:
1. Utilizar la cama sólo para dormir, no para comer o ver la televisión.
2. Formarnos una rutina de sueño donde hagamos casi siempre las mismas cosas antes de dormir.
3. Despertarnos a la misma hora.
4. Evitar las siestas.
5. No tomar cafeína ni sustancias estimulantes.
6. Hacer ejercicio durante el día y no realizarlo cuando menos dos horas antes de la hora de dormir.
7. Hacer que la habitación mantenga un espacio cómodo en temperatura, luz y ruido.