Elementos de la comunicación familiar efectiva

Kris Durden

No esperaba escribir una columna como esta, pues si le preguntas a mi familia, tal vez te respondan que no soy el mejor para comunicarme con ellos; no llamo casi nunca a mis padres (con suerte una vez al mes), sólo escribo por whatsapp cuando me escriben y si necesito ayuda procuro resolver solo mis asuntos a pesar de que ellos han demostrado que están ahí para apoyarme en las buenas, en las malas y las peores. El problema no es que no los ame, sino que no soy constante ni responsable con mis emociones y sentimientos, y dejo de lado los elementos de la comunicación familiar que bien podrían estrechar esas relaciones.

Kris Durden

Hoy en la mañana mi mamá me escribió para decirme que ella y mi papá estaban cumpliendo 33 años de casados y por supuesto los felicité y esto me dejó pensando en lo difícil que debe ser compartir tu vida con una persona por tanto tiempo. La cantidad de problemas.

Aunque al principio pensé sólo en los problemas también reflexioné en la cantidad de momentos increíbles que pasaron juntos y que por supuesto, son el porqué de mantener una relación con esa tenacidad.

Aquí leía una columna de Amilcar Valdés, socio fundador de Evolución Terapéutica (aquí el link) y en esta planteó la importancia de ser constantes en los avances que hacemos en terapia. Lo que yo entendí de esta columna fue que las relaciones no se dan como por arte de magia, sino que son el resultado de trabajo constante.

Creer que porque somos de la misma sangre significa que nos vamos que llevar increíble de manera automática es un error. Las relaciones se trabajan.

Lo que hoy permite que mis padres estén celebrando su 33 aniversario es eso; son emocionalmente responsables y su mejor herramienta es que conocen los elementos de la comunicación familiar efectiva.

Cómo promover la comunicación familiar efectiva

El respeto a todos los integrantes de la familia

Sin importar qué, mis papás nunca me dijeron una grosería o se burlaron de alguna de mis características. Siempre se mostraron amorosos y comprensivos, aunque firmes y determinantes cuando la situación lo ameritaba. Más que amigos, fueron excelentes guías.

Validar la opinión de otros tomando en cuenta lo que se dice y escucha

Cuando mi hermana o yo teníamos algo que decir ellos escuchaban atentos, y eso era más que suficiente para generar en nosotros una sensación de valía, sin importar que más adelante nuestra idea u opinión no fuera llevada a cabo. El hecho de que tuviéramos su atención era más que suficiente para generar en nosotros una buena autoestima.

Tener congruencia en el discurso del mensaje y en el lenguaje no verbal

A veces mi mamá se ponía furiosa cuando me quería contar algo que le había pasado en el día y yo en lugar de ponerle atención estaba mirando la televisión. Asentía y le decía respuestas predeterminadas que por supuesto la hacían sentir ignorada. Eso estaba desgastando nuestra relación, pero por suerte se implementó la regla de comer con la televisión apagada y la hora de la comida se convirtió en una especie de diván de terapia.

Considerar los roles que juegan todos los miembros de la familia

Nosotros siempre tuvimos bien claro quién era el papá, la mamá y los hijos, pero recuerdo que cuando iba a la casa de mis amigos, a veces trataban al mayor o al hijo varón como si fuera el papá; con privilegios. Eso generaba que más adelante tuviera la confianza de decirle a su mamá que no haría cosas como hacer su tarea, lavar los trastes o sacar la basura. Era como si él fuera el guía de la manada hasta que por la noche llegara su padre.

No repetir mensajes de manera reiterativa

No hay forma más sutil de decirle a una persona que su entendimiento está debajo de tuyo que repitiendo una y otra vez el mismo mensaje.

Saber el propósito de lo que decimos para así decirlo de la manera correcta

Tardé muchos años en dejar de escuchar el tono mandón y prepotente con el que mi mamá me llamaba la atención sobre infinidad de malas conductas que yo presentaba, y poder escuchar el mensaje entre líneas. A veces las personas usan un tono hiriente con sus hijos para darles una lección. Es como: mejor te lastimo yo antes de que te lastimen otros. Me parece raro, pero es otra forma en la que se manifiesta una idea bien intencionada y termina todo mal.

Hoy trabajo de manera consciente en ser un mejor hijo, hermano, amigo, padre y pareja, y para eso me valgo de estas herramientas de comunicación.

Recuerda que el secreto está en ser responsable con tus emociones y sentimientos. No olvides que sin comunicación las relaciones se desgastan.

Kris Durden

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