Les tenemos que hacer una pregunta ¿A que creen ustedes que se deba el ser infiel? A una relación desgastada, muy rutinaria, por venganza, por traumas psicológicos, pues bien, nuevas investigaciones en el tema tienen como resultado que nuestro propio cerebro es el que nos empuja a ser infieles.
Y no lo decimos porque si, lo dicen las investigaciones publicadas en el Medical Daily las cuales indican que “nuestro cerebro pasa por varias etapas cuando la persona comete una infidelidad”. Todos sabemos que durante el enamoramiento se liberan químicos que genera placer como dopamina, endorfinas y serotonina.
Estos químicos podrían ser los culpables de la misma infidelidad. ¿Qué por qué? Sigan leyendo queridos amigos. Nuestro cerebro pasa por etapas para ser infiel, la primera se le conoce como infatuation y es donde: el cerebro se «inunda» de dopamina, un neurotransmisor que aumenta la sensación de placer. Esta dopamina hace que aumente la energía y la sensación de emoción y deleite es mayor dentro de la infidelidad.
En esta fase la persona que comete la infidelidad llega a cambiar hasta su forma de pensar y ciertas actitudes, desarrolla comportamientos propios de personas con TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo). Un estudio realizado por la Universidad de Pisa, comprobó que los niveles de serotonina de los amantes son muy parecidos a los de personas con TOC en la primera fase de su aventura amorosa.
Después llega la segunda etapa denominada como vinculación, en esta y citamos textualmente el estudio: “la oxitocina la llamada hormona del amor, ‘inunda’ ahora el cerebro y provoca que el sentimiento de amor, apego y acercamiento crezca entre las personas vinculadas en una infidelidad”.
Y viene lo peor, o lo mejor depende de quien seas, el engañado o el que va a engañar pues mientras más tiempo dure la infidelidad, más oxitocina se libera, haciendo que el acercamiento de las personas cambie y se produzcan situaciones serias, de iniciar una relación y terminar con la pareja actual o en turno.
Viene una tercera etapa, la de guardar silencio. Mantener el secreto puede ser peor de lo que se imaginan, esta retención de información puede interferir y afectar la función cerebral. Aquí la presión aumentará la producción de hormonas de estrés, y por si fuera poco se da un aumento en los niveles de cortisol que puede afectar negativamente la atención, la memoria, la digestión, el sueño, entre otros. Y entonces esto causa que las personas infieles se enojen, estén irritables o de insoportables, – ahora resulta no– .
Entonces esto es lo que pasa en tu cerebro cuando cometes una infidelidad, tu cerebro se llena de hormonas de felicidad y placer que te empuja cada vez más a caer en el pecado. El ser infieles afecta el un 90% de los hombres y el 70% de las mujeres en México.
En este mismo ámbito los heterosexuales son los más infieles con un 40. 5% mientras que los homosexuales representan solo el 16.8% de infidelidades. Ahora esta encuesta también demostró que los que suelen ser infieles son:
- Casados y con hijos 50.7%,
- Solteros que frecuentan personas que podrían estar inmersas en una relación 25.3%,
- Unión libre 6.3%,
- Los viudos 6.7%
- Soltero pero con novia(o) 6.1%
- Divorciados en un 4.9%.
Por si esto aun no te deja impactado este gran estudio realizado por el Gabinete de Comunicación Estratégica revelo cual estado es el más infiel, – agárrense infelices porque ya los cacharon en la movida – El estado que encabeza la lista es:
- León
- Toluca
- Veracruz.
- CDMX.
- Guadalajara.
- Puebla.
- Monterrey.
- Campeche.
- Los cabos.
- Cancún.
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