Cuando surgieron las listas de «súper alimentos», no se nos hizo raro que incluyeran al amaranto. Esta semilla se ha comido en nuestro país desde siempre, se comía incluso en la época prehispánica en la alimentación habitual y en ceremonias religiosas, por esta razón, cuando llegaron los españoles y la religión católica, se prohibió su consumo.
Ahora sabemos que es un gran alimento, tiene una buena cantidad de proteína y además, de muy buena calidad. También tiene fibra que ayuda a controlar los niveles de glucosa, colesterol y triglicéridos. Y otra buena noticia, no tiene glúten. Lo que consumimos comúnmente son las semillas reventadas del amaranto, pero también se pueden consumir las hojas que semejan espinacas.
El mes pasado tuve la oportunidad de probar un menú donde todos los platillos, incluyendo las bebidas, estaban preparados con amaranto. Quedé impresionada con la variedad de sabores y texturas que lograron con este alimento! Por esta razón, decidí hablarles de los beneficios del amaranto.
Les voy a dar algunas sugerencias para que puedan incluir el amaranto en su alimentación:
- – Las clásicas alegrías con miel o chocolate (de presencia amargo o semi amargo).
- – Atole de amaranto (4 tazas): Hierve 3 tazas de leche de almendra o soya, agrega 1 taza de amaranto natural, canela y endulza ligeramente con azúcar mascabado. Puedes agregar nueces o almendras. Con esta mezcla puedes hacer paletas heladas.
- – Horchata de amaranto (4 tazas): En una jarra, agrega 4 tazas de agua purificada, 1 taza de amaranto natural, canela. Deja reposar por 2 horas mínimo.
- – Espolvoreado sobre fruta, yogurt o cereal.
- – En sopa de pasta o verdura.
- – Lo puedes agregar a cualquier masa de galletas o panqué (1/2 taza de amaranto por cada taza de harina). Si necesitas información extra sobre el amaranto, no dudes en contactarme.