Cada año, en semana santa, se celebra la escenificación de La Pasión de Cristo en el Cerro de la Estrella, sin embargo son muchos los misterios alrededor de esta zona de la delegación Iztapalapa, que van desde sus orígenes. Hay indicios de que Iztapalapa fue habitada desde el preclásico, pero las culturas que había en Iztapalapa desaparecieron en el siglo II después de Cristo, posiblemente por la erupción del volcán Xitle.
Se llamó Cerro de la Estrella desde la época colonial, gracias a una hacienda que se encontraba en sus faldas con este nombre, «Hacienda de la Estrella», pero en la época prehispánica se le conocía como Huizachtépetl,
Los misterios del Cerro de la Estrella
La zona arqueológica
Los científicos y arqueólogos aseguran que fue construido entre los años 100 y 650 d.C., los primeros colonos fundaron asentamientos en las laderas del cerro Huizachtecatl. Las estructuras están en la parte norte y consisten en cimentaciones y muros edificios con influencia teotihuacana, se cree que era una zona habitacional del periodo Clásico Tardía (600 a 900 d.C.); entre 900 y 1300 d.C. grupos chichimecas fundaron Culhuacán; entre 1300 y 1521 d. C. los mexicas establecieron el altépetl de Iztapalapa. Junto con Culhuacán, protegían el sur de la gran Tenochtitlán y le suministraban alimentos. En esa época se construyeron las plataformas en la cima del cerro.
La Ceremonia del Fuego Nuevo
Los mexicas heredaron una tradición de los toltecas y adoraban al sol (Huitzilopochtli era su principal deidad), que renacía cada 52 años con el inicio de los calendarios. Los sacerdotes eran quienes efectuaban la ceremonia del Fuego Nuevo, evitando la muerte del Sol y la total oscuridad del universo, surgían entonces los tsitsimeme (devoradores de humanos).
La ceremonia se realizaba en la cima del cerro Huizachtépetl, los historiadores aseguran que en este lugar se llevaron a cabo cuatro de estas ceremonias, en 1351, 1403, 1455 y 1507, pero Tenochtitlán fue invadida antes de poder realizar la quinta ceremonia.
Algunos aseguran que en la ceremonia del Fuego Nuevo se le sacaba el corazón al mejor de sus guerreros para, con sus vestimentas y armas, encender la primer fogata de la noche en honor a Huitzilopochtli, y lograr así que el sol renaciera a la mañana siguiente.
Durante la Conquista, bajo las órdenes de Cuitláhuac o Cuitlahuatzin, hijo de Axayácatl; hermano y sucesor de Moctezuma Xocoyotzin; tío de Cuauhtémoc, los antepasados de Iztapalapa defendieron Tenochtitlan frente a los españoles, quienes fueron decisivos en la victoria de La Noche Triste española.
Una leyenda del cerro de Iztapalapa
Se dice que en la actualidad varios pobladores mantienen algunos de los ritos del Fuego Nuevo hasta nuestros días en las cuevas del Cerro de la Estrella, la prensa y la gente los llama esotéricos, prehispánicos y satánicos.
Los devoradores de hombres
En la ceremonia del Fuego Nuevo, surgían los tsitsimeme o tzitzímime (devoradores de humanos), cuya deidad era la diosa chichimeca Itzpapalotl (mariposa de obsidiana), que cayó a la Tierra junto con las de su especie en una lluvia de estrellas, ella poseía un manto de invisibilidad y devoraba a hombres, mujeres, diosas y dioses cada 52 años, es decir, cada fin del mundo.
La Pasión de Cristo
Debido al mestizaje y la religión católica cimentada en la cultura de nuestro país, desde hace 169 años se realiza la escenificación en Huizachtépetl (el Cerro de la Estrella) de la Pasión de Cristo, una tradición católica que seguirá existiendo y celebrándose sobre las ruinas arqueológicas que otrora fueron escenario de otro tipo de sacrificios.
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