En algún momento podríamos confundir una sepsis con una enfermedad pasajera y común, pero esto podría resultar mortal. Aquí te contamos todo sobre la sepsis, qué es, cuáles son los síntomas y el tratamiento.
Qué es la sepsis
La sepsis es una enfermedad grave, se da cuando el cuerpo tiene una abrumadora respuesta inmunitaria a una infección bacteriana, se liberan sustancias químicas en la sangre para combatir la infección y se desencadena una inflamación en todo el cuerpo, se forman coágulos de sangre y se filtran vasos sanguíneos, lo que provoca un pobre flujo sanguíneo que priva a los órganos de nutrientes y oxígeno. En algunos casos fallan varios órganos, hay pacientes que por la presión arterial baja y por un corazón debilitado sufren un shock séptico.
Personas susceptibles
Las personas con mayor riesgo de sepsis son las personas con sistemas inmunitarios debilitados, los bebés y los niños, las personas mayores, personas con enfermedades crónicas, como diabetes, SIDA, cáncer y enfermedad renal o hepática, también personas que ha sufrido de una quemadura o de un trauma físico.
SABIDURÍA QUE AYUDA: De acuerdo con las estadísticas, un paciente de sepsis sobrevive a la enfermedad en un 80% de los casos si se le aplica el tratamiento durante la primera hora, una intervención a partir de la cuarta hora ofrece una probabilidad de curación en poco menos de 50%, después de las 12 horas de intervención las posibilidades de supervivencia son de 15 a 20% de probabilidad.
Síntomas de la sepsis
Los pacientes sienten fiebre, escalofríos, respiración rápida, ritmo cardíaco acelerado, sarpullido, confusión y desorientación.
El diagnóstico se da mediante un análisis de sangre, ahí los especialistas observan el número de células blancas en la sangre, hacen pruebas de laboratorio para comprobar si hay signos de infección.
Tratamiento
Los pacientes son atendidos en unidades de cuidados intensivos del hospital. Los médicos tratan de combatir la infección, mantienen los órganos vitales y trabajan para impedir una caída en la presión arterial. Reciben oxígeno y líquidos intravenosos. En algunos casos son necesarios los respiradores mecánicos y la diálisis renal, las intervenciones quirúrgicas para eliminar las infecciones son frecuentes. La rapidez en el tratamiento es clave para superar esta enfermedad, cuando la sepsis se desata en el paciente cada minuto cuenta.
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