El año pasado tuve la suerte de estudiar para ser coach de la psicología de la comida (eating psychology coach) con Marc David. Fue una aventura enriquecedora y me dio una visión completamente diferente a lo que estaba acostumbrada lo cual me creó una perspectiva nueva hacia la comida, el efecto del estrés y el sobre peso. No todo se trata de calorías y ejercicio, todo cuenta en nuestra vida… somos seres físicos, mentales y espirituales.
Lo que comes es la mitad de la ecuación de una buena nutrición y la otra mitad se trata del cómo comer.
El metabolismo no ocurre sólo en el cuerpo; opera simultáneamente en el cuerpo, mente, emociones y espíritu. El metabolismo es la suma total de todas las reacciones químicas del cuerpo, más la suma total de todos los pensamientos, sentimientos, creencias y experiencias. La vida está en constante movimiento, nosotros estamos en constante movimiento… Acabo de ver a una paciente que me compartía que pudo permanecer estable en un peso durante 10 años y que recientemente subió y sigue subiendo de peso constantemente… y justamente le decía el día de hoy es otra persona a la que era hace 10 años. Hoy vive en circunstancias completamente diferentes lo cual hace que su metabolismo funcione de otra manera.
En la actualidad vivimos muy deprisa; hay mucho tráfico y quedan pocas horas para convivir con la familia. Comemos rápido “para no perder tiempo”, mas no nos damos cuenta de cómo esto repercute en nuestro metabolismo generando inclusive problemas digestivos. Vivir deprisa nos genera una respuesta de estrés, más el estrés que tenemos en nuestro trabajo, en nuestros aspectos económicos y familiares entre otros; todo este estrés nos genera un cambio en el aumento de niveles de cortisol en el organismo. El cortisol es la hormona clave que se libera en cantidades significativas durante periodos de estrés crónico y agudo. Existe una conexión entre la ganancia de peso y el estrés; el aumento de cortisol está asociado con la acumulación de grasa a nivel abdominal. El cortisol tiene la función de generar y guardar grasa visceral evitando la construcción de masa muscular.
El estrés crónico también aumenta la producción de insulina: otra hormona asociada al aumento de peso. Una de las formas en que la insulina disminuye la glucosa sanguínea es por decirle al organismo que guarde el exceso de carbohidratos en grasa. Además la insulina le indica al organismo que no libere grasa almacenada. También esto puede crear resistencia a la insulina; siendo la precursora de la diabetes tipo dos.
A todo esto hay que agregarle la preocupación que nos genera el tener sobrepeso, lo cual crea estrés y ansiedad sobre la pérdida de peso, esto causa que tu cuerpo aumente las reservas de grasa y las conserve. Además esta ansiedad nos puede hacer comer de más; situación que vuelve esto un círculo vicioso.
El remedio para todo esto es vivir en más calma para disminuir el estrés. Necesitamos dejar de pelear con la comida y comenzar a disfrutarla y aceptarla. Necesitamos parar de castigar nuestro cuerpo con dietas extremas y comenzar a proveerlo de los alimentos que necesita. Necesitamos ir más despacio y disfrutar más de la vida.
La realidad inescapable es que sólo podemos conseguir y sostener un metabolismo óptimo cuando comemos, hacemos ejercicio y vivimos bajo un estado óptimo emocional. El poder metabólico no es sólo de lo que comemos sino de quién eres cuando estás comiendo. No se trata de cuantas calorías quemas pero de qué tan inspirado estás en la vida.
Imagínate una relación con la comida y tu cuerpo que te deja nutrido y satisfecho cada día. Imagínate tener la seguridad de relajarte y disfrutar la comida que elijes comer; así estar más presente en tu vida. Comer cuando estás comiendo y no hacer otras actividades al mismo tiempo. Imagínate que tan bien te sentirías si comieras con placer y te deleitara hacer ejercicio. Imagínate cuidarte a ti mismo con hábitos sanos no porque tuvieras que hacerlos sino porque te sientes bien. Si quieres vivir así tienes que elegir ir más despacio y evitar el estrés para lograr acelerar tu metabolismo.