La sandía es una de las frutas predilectas de grandes y chicos. Además de su frescura y su sabor dulce, contiene vitaminas, minerales, fibra,
antioxidantes, carbohidratos y ácido fólico.
Su consumo regular puede beneficiar a tu organismo de diferentes maneras. Aquí unos ejemplos de ello:
- Circulación. La sandía es rica en L-citrulina, una sustancia que relaja los vasos sanguíneos y mejora la circulación, además de que previene la hipertensión y fortalece el sistema inmunitario.
- Músculos. Debes consumir sandía los días en que el estrés o el deporte te provoquen fatiga muscular, ya que la L-citrulina elimina las molestias ocasionadas por el aumento de ácido láctico y amoníaco en los músculos.
- Ojos. La sandía también es rica en licopenos y vitaminas A y C. Estos compuestos reducen el riesgo de desarrollar cataratas y previene la degeneración macular, síndrome relacionado con la edad y que ocasiona ceguera.
- Piel. Gracias a que contiene antioxidantes y licopenos, esta fruta es ideal para prevenir el envejecimiento. Una investigación demostró que consumir dos tazas de sandía al día reduce hasta en 40% el riesgo de daños en la piel por la exposición al sol.
- Desintoxicante. Su alto contenido en fibra hace que la sandía sea la mejor aliada para limpiar los intestinos y desintoxicar el organismo.
- Afrodisíaco. El efecto de la L-citrulina en los vasos sanguíneos y la circulación se da en todo el cuerpo, así que la sandía puede ayudarte a mejorar tu vida sexual. Algunos individuos también la usan para combatir la disfunción eréctil.
- Vías urinarias. La sandía es 93% agua, por lo que incluirla en tu dieta te ayudará a mantener tus vías urinarias en perfecto estado. Además, esta fruta es rica en potasio, un mineral que reduce el ácido úrico en la sangre y elimina las toxinas de los riñones. cual reduce el ácido úrico en la sangre y ayuda a eliminar las toxinas de los riñones.
Para recibir todos estos beneficios, no olvides llevar una alimentación balanceada y ejercitarte diariamente.