Esta es una inquietud muy común en las personas que tenemos hijos.
La respuesta es sí, pero no puede ser igual a la que hacen los adultos.
Los niños y adolescentes están en un periodo de gran demanda de nutrimentos, si limitamos los más importantes, es muy probable que sacrifiquemos algunos centímetros de estatura y evitemos la formación de músculo y hueso. Además, hay algunos que hacen actividad física constante o realizan deporte de alto rendimiento, esto aumenta la demanda aún más.
En el caso de los niños, es necesario visitar a un Nutriólogo que tenga experiencia con pequeños, en esta consulta además de ver el peso, estatura, grasa corporal y músculo, también se debe revisar que comen en el día, sus horarios escolares, de ejercicio, rutinas de fin de semana, y todo lo que se necesita para calcular una alimentación adecuada a las necesidades físicas, emocionales y familiares de cada niño. Les damos una guía personalizada que incluya comidas, lunch, líquidos y por que no, uno que otro dulce o botana para ocasiones especiales. También incluimos los líquidos y alimentos que necesitan antes y después del ejercicio.
Como se podrán dar cuenta, hacer una dieta para un niño no es cosa sencilla, implica cuidar muchos factores y por eso, tiene que ser personalizada.
Con los adolescentes, además de la gran demanda de nutrimentos, empiezan a tener gustos diferentes y le dan mucha importancia a la apariencia física. Es común que hagan dietas poco balanceadas o tomen suplementos para aumentar músculo. Estos suplementos están diseñados para adultos y pueden ser peligrosos.
Los niños y adolescentes son excelentes pacientes, cuando les explicas que deben comer y por qué; son muy disciplinados y responsables.
Así que tratemos con cuidado la alimentación de nuestros hijos y busquemos información de salud personalizada, generalmente, sólo es necesario cambiar uno que otro hábito.