La intolerancia a los alimentos y el uso de enzimas digestivas

Alexandra Drijanski

Les comparto que en mi experiencia profesional; muchos pacientes se quejan de que hay ciertos alimentos que después de haberlos consumido les generan muchos gases, inflamación abdominal, malestar y pesadez. Los pacientes refieren ciertos alimentos como los culpables de estos malestares; entre estos están los pimientos, el pepino, la sandía, el melón, la cebolla, el ajo y sobre todo la familia de leguminosas: frijoles, lentejas, habas, chícharos y soya. A esto se le llama intolerancia alimentaria; no hay pruebas de laboratorio para poder diagnosticarla, sin embargo, podemos afirmar que la intolerancia a los alimentos es una respuesta del organismo a éstos, en donde no se involucra el sistema inmunológico; por lo tanto no tiene que ver ni con la alergia ni la sensibilidad a los alimentos. Aquí simplemente nos hacen falta enzimas para digerirlos.

Una enzima es una proteína que cataliza reacciones bioquímicas específicas y éstas son necesarias para que esto ocurra; sin ellas, dichas reacciones se producirían de una forma más lenta o esporádica  o simplemente no se originarían.

Las enzimas digestivas son moléculas para la nutrición,  ya que tienen la función de romper los polímeros que se encuentran en los alimentos en moléculas más pequeñas como son las proteínas, hidratos de carbono y grasas; para que así puedan absorberse fácilmente.  Estas enzimas se encuentran ubicadas en el tubo digestivo; en la saliva, en el jugo gástrico, en el jugo pancreático y en las secreciones del intestino.

Tipos de enzimas digestivas:

  •  Lipasa: Producida por el páncreas, es la encargada de la degradación de las grasas. Desdobla las grasas en glicerina y ácidos grasos.
  • Lactasa: Producida por el intestino delgado, su función radica en el proceso de la conversión de lactosa, en glucosa y galactosa.
  • Proteasa: Estas enzimas son secretadas por el estómago, páncreas e intestino delgado. Rompen los enlaces de las proteínas en péptidos y aminoácidos.
  • Amilasa: Producida en  las glándulas salivales, ayuda a digerir los hidratos de carbono en azúcares simples o glucosa.

Se ha encontrado en diferentes estudios, que la deficiencia de enzimas digestivas se distribuye en 10% en niños de 10 años, 20% en mayores de 20 años y arriba del 50% en personas mayores de 50 años.

La disminución de enzimas digestivas en nuestro organismo se debe a: el estrés, la inflamación abdominal, la gastritis y las infecciones gastrointestinales como H. Pylori.

Para promover la recuperación de las enzimas es esencial un cambio en el plan alimenticio. Se sabe que una dieta rica en alimentos crudos es vital para este fin. De hecho lo ideal es que la dieta diaria este compuesta por un 75% de verduras y legumbres crudas, ya que  están llenas de enzimas que favorecen la buena digestión.

Las enzimas se destruyen con el calor (a partir de 30ºC), por lo tanto, todo los alimentos cocinados, procesados o pasteurizados, no contiene ninguna enzima.

Si bien todos los alimentos crudos contienen enzimas, los más ricos son los brotes de germinados (alfalfa, brócoli, soya, amaranto, cilantro).

Otros alimentos ricos en enzimas incluyen:

  •        Papaya, piña, mango, kiwi y uvas
  •        Aguacate
  •        La miel de abeja natural
  •        El polen de abeja
  •        El aceite de oliva extra virgen y aceite de coco
  •        Productos lácteos

Los síntomas que aparecen cuando se presenta una intolerancia alimentaria son: gases, mala digestión, colitis, inflamación abdominal y malestar después de comer.

Es importante estimular la existencia de niveles de enzimas naturalmente:

* Aumentar el consumo de alimentos crudos.

* Comer menos calorías.

* Masticar bien los alimentos.

* Evitar goma de mascar.

Si es necesario se recomienda incluir suplementos de enzimas digestivas en el momento en que se está comiendo. No existen contra indicaciones para su uso.

Yo recomiendo ampliamente comenzar el día tomando un jugo verde; hecho en casa en la licuadora  con ingredientes naturales como: espinaca, apio, pepino, nopal, perejil y piña. De esta manera puedes contar con un aporte amplio de enzimas en tu día.  Incluye por lo menos una ensalada al día con verduras frescas y recuerda no hay como lo natural.

 

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